Wednesday, July 27, 2005

El tiempo...

Acostumbrada a la presión incesante de la oficina, a hacer mil cosas al mismo tiempo y durante todos los días y a un jefe obsesivo que me hacía sentir que el aire y yo éramos uno mismo... ahora que dispongo de todo el tiempo del mundo... siento que no hago nada aunque no pare.

Subo y bajo, voy y vengo pero digamos que no tengo una disciplina -todavía-...cómo me cuesta!, no suelo ser disciplinada. Si acaso ahora he conseguido serlo en mis alimentos -después de años!- y en nada más.

El trabajo de la casa cada vez me resulta más cotidiano, sin dejar de considerar el tiempo que demanda y el trabajo y cuidado que implica. Menuda cosa eso de ser ama de casa! Por otro lado, la casa tiene un especial encanto... siento un enorme disfrute de tenerla limpia, de preparar la comida de poder "regalarle" eso a mi compañero, esas cosas tan simples que todos damos por un hecho y son una bendición: la ropa limpia, comidita, atención...

Ahora valoro la magia de preparar de comer, de transformar los alimentos en un platillo delicioso -o no- es como un regalo que puedo dar todos o la mayor parte de los días.

Aún creo que estoy más acostumbrada al trabajo de oficina, sin embargo, ahora me rehuso regresar a un trabajo así. Demando más de mi tiempo. Sé que necesito disciplinarme -empezando por la tesis- pero creanme que también es maravilloso sentirme una hoja al viento que va a la suerte de lo que el día requiera.

Esta libertad está increíble! me siento muy felíz, y mi tranquilidad es invaluable -igual que el no tener colitis!-

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